sábado, 6 de enero de 2018

Palistas destacados.Años 80-90. Vito Aldaz de la Quadra-Salcedo; Ollo y Andueza ; Goicoechea y José Luis "el Muñecas":Vicente Noáin.


    A Vito lo vi por primera vez en el López cuando él contaba 16 ó 17 años. Acudía en bici de trial, que manejaba con mucha habilidad; cuando los mayores dejaban la cancha vacía, se ponía a jugar con un estilo peculiar, con armados cortos, sin estirar mucho el brazo, con muchos efectos y con un golpe de muñeca eléctrico. En 2 años su nivel subió tanto que empezó a disputar a Iriarte el puesto de delantero más espectacular. Pegaba muy fuerte y, sobre todo, remataba con arte. Llamaba la atención su creatividad y su surtido de jugadas. Copió con su estilo las paredes eléctricas de izquierda de Iriarte; remataba en el rincón con la izquierda de arriba cortando, o con la derecha también alta pero liftando, para meter la pelota en la pared izquierda; le gustaba hacer "dos paredes alrevés" (frontis, pared izquierda, al devolver las dos paredes normales, para que la pelota se abra hacia la contracancha); aplicaba el efecto cortado de abajo (no a media altura) a las paredes de derecha para abrirlas mucho; escondía los golpes...

  Partidos memorables

  Campeonato Navarro

  En los 80 se organizaba en Lumbier un campeonato de paleta goma por parejas. Adquirió tal prestigio, gracias a la buena mano del organizador, Felipe Olleta, que acabó convirtiéndose en el Campeonato Navarro. La pareja que más veces lo ganó en los primeros años fue la formada por Ollo (Juan Pablo, de Ibero) y Andueza (Carmelo, exjugador de Osasuna). Lo hicieron en 5 ocasiones. Curiosamente, ninguno de los dos manejaba la izquierda. Ambos colocaban muy bien.
  Andueza, pese a su poca pegada, atrasaba muy bien la pelota, entraba mucho al aire, jugaba con las losas altas, arrimaba mucho, sorprendía con paredes altas desde la zaga. Agarraba la pala de una manera especial: apoyaba el dedo  índice, extendido, sobre la cara posterior del mango... supongo que para controlar mejor la dirección, así que no muñequeaba nada.
  Ollo sí muñequeaba. Su particular golpe consistía en una especie de látigo, de abajo y de arriba: con igual facilidad  bombeaba la pelota hasta el rebote o la clavaba en el rincón o en dos paredes.  Los martes y jueves por la tarde, cuando coincidía con Iriarte en el López, se montaba un duelo de delanteros colosal.
  El nivel de los pelotaris del López se debía a la gran cantidad de partidos duros que se podían montar, gracias a la abundancia de palistas. Una de las parejas que solía dar guerra a Ollo-Andueza era la formada por Goicoechea José Luis "el Muñecas".


 A principios de los 90 la edad empezó a pesar a la pareja Ollo-Andueza y cada uno eligió un nuevo compañero de refresco. Ollo habló conmigo y Andueza con Vito.  Nos enfrentamos en semifinales. Tal vez parezca exagerado lo que he contado sobre Vito, pero he aquí una reseña del partido aparecida en la prensa en Marzo de 1992 (Vito tenía 19 años):
  "... Ollo-Urra pudieron con Aldaz-Andueza en la que fue, seguramente, la mejor pelea de todo el campeonato. Existieron competencia y calidad. Aldaz hizo una soberana demostración y algunas de sus intervenciones, en los cuadros alegres, tuvieron quilates. Pero en la zaga mandó Urra y por ahí se rompió el encuentro..."






De pie, de izquierda a derecha,Urra y Ollo
Agachados, Vito y Andueza
Urra, 21 años
Ollo, 36 años
Vito, 19 años
Andueza, 40 años


Las parejas de entonces eran fortísimas.
Véanse los cabezas de serie, quien los recuerde. 
                                               
                                                 
   El último partidoDesafío en la Rochapea. Noáin

    Vito Aldaz brilló 2 años, entre sus 19 y 21 años, a un nivel espectacular. En aquellos años, otro pelotari, Vicente Noáin, montaba su show en un frontón corto, de 28 metros, en el barrio pamplonés de La Rochapea. Se dedicaba profesionalmente al remonte, pero le encantaba la paleta goma. Para que ésta no afectara a su juego con la cesta, donde sólo se permite usar el brazo derecho, empleaba sólo el brazo izquierdo y el revés a dos manos para las pelotas que venían  a su derecha. En su papel de showman le gustaba montar espectáculos desafiando a cualquiera porque conocía su cancha como si fuera el cuarto de estar de su casa. Elegía pelotas muy vivas, usaba sistemáticamente el golpe de izquierda de arriba cortado, colocando la pelota alta y arrimada, intentando que muriera en el rebote. Y remataba con violencia a dos paredes con el revés descrito.
   Noáin , junto con su amigo Raúl, nos desafió a Vito y  a mí en La Rochapea, un jueves de una tarde de verano. Llegamos con tiempo pero nos costó encontrar plaza de aparcamiento, a pesar de tratarse de una zona habitualmente desocupada. Al llegar al frontón comprendimos: se había corrido la voz y ¡no cabía más gente en las gradas! Ni era campeonato, ni apostábamos nada... pero se llenó.
   Noáin solía presentarse con ropa de militar de camuflaje, a veces sobre una moto de gran cilindrada. Calentaba un poco y se la quitaba: cuerpo musculado y tostado por el sol. Rubio como Vito. Le gustaba cuidar los detalles de la función.
   En los primeros compases del partido, uno de sus golpes de izquierda de arriba se le fue justo encima de la chapa alta...(Como ya he dicho... en el "cuarto de estar de su casa") Entre el público se encontraba un conocido jubilado, Felipe "El Caballo", que aprovechó la ocasión y le espetó: "¡No te preocupes, Noáin, que ya te irás haciendo al frontón!" Risas primero y silencio total a continuación. La respuesta de Noáin  al dardo envenenado no dejó indiferente a nadie... como adivinarán los que conocen a Vicente.  
  Mi papel en el partido consistió en imitar el golpe de Noáin de izquierda, de arriba, dirigido a las losas altas, cortando para arrimar. Y esperar a que Vito encontrara su oportunidad. Los volvió locos con sus dejadas y sus golpes al ancho, sobre todo cuando nosotros sacábamos nuestra pelota, más muerta. Utilizamos mucho como diana el espacio entre Raúl y Noáin, no el rincón largo sino la mitad derecha del frontón, hacia el 4, donde Raúl, por su colocación muy desplazada hacia la derecha (debía defender las dos paredes) debía usar su izquierda; y donde Noáin debía usar su revés a dos manos. Esto les generaba problemas para decidir quién debía golpear. En una de esas ocasiones se liaron: ¡Tuya.. mía... yo... mía...! con tan mala suerte que Noáin golpeó la pelota con su revés de izquierda a dos manos y, a la vez,¡la cabeza de Raúl!. Fin del partido.
   Ganábamos de 10 tantos   pero el partido no terminó.

   Después de ese partido Vito me dijo que ya se iba contento a Santo Domingo, donde estudiaba. En América encontró nuevas aficiones. Y la estrella se apagó. Ya se sabe: cuanto más brilla una estrella, más efímera es.
  


















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