lunes, 20 de marzo de 2017

¿Cómo se hace el tanto?


    Para comprender cómo se hace el tanto en la paleta goma maciza conviene compararla con otras modalidades de frontón. La paleta goma pesa unos 520-580 gr. y la pelota, de unos 65-66 gr., es relativamente lenta.
    La paleta-cuero pesa más (por encima de 600 gr.), su pelota  es mucho más rápida, aunque más ligera; la pala corta pesa aún más (700-800 gr.) y su pelota, muy veloz, pesa unos 80-90 gr.; la pala larga puede pesar 1 kg.  y usa la pelota más pesada de todas. Además, estas tres herramientas presentan el centro de gravedad más alejado del mango (son "cabezonas") y una superficie de golpeo mucho más pequeña. Por tanto, estas otras palas ofrecen mucha mayor dificultad técnica; por ello, el tanto se produce muchas veces porque el jugador, aunque alcanza la pelota,  falla: debe golpear con una pala estrecha, pesada y cabezona una pelota muy veloz (paleta cuero) y, además, pesada (pala corta y pala larga). En consecuencia, en esas tres palasla manera habitual de conseguir el tanto consiste en provocar el fallo del adversario, imprimiendo mucha velocidad y cruzando la pelota hacia la pared izquierda.En pocas ocasiones el tanto se produce porque el adversario no alcanza la pelota; en estos casos, no hace falta colocar la pelota con mucha precisión.

    El manejo de la paleta goma  maciza (más superficie de contacto, menos peso, menos cabezona) y el golpeo de la pelota (más lenta)  resultan más cómodos. Por ello,  cuando  el jugador alcanza la pelota no debe encontrar, en general, problemas para devolverla "a buena", es decir, para no fallar. Decimos "en general" porque las pelotas de goma maciza que se pueden comprar en las tiendas presentan una diversidad excesiva de pesos y botes. Las pelotas demasiado ligeras o demasiado pesadas o demasiado vivas sí dificultan el juego. En este blog aconsejamos las pelotas manejables, es decir, de 65-66 gramos y de medio bote  (ni muy vivas ni muy muertas)

    La dificultad de controlar pelotas muy vivas hace que el tanto pueda buscarse, simplemente, aguantando el peloteo, esperando a que falle el adversario. Para atacar no hace falta dirigir la pelota con gran precisión, basta con no fallar; a no ser que un jugador sea especialmente hábil (capaz de rematar con garantías), los cuatro jugadores se estarán defendiendo de la pelota, no jugando con ella.  Algo parecido ocurre con el frontenis y con la paleta argentina, herramientas fáciles en principio de manejar (aún más anchas y ligeras) pero no tanto porque sus pelotas son muy saltarinas. Si un jugador prefiere las pelotas muy vivas, seguro que le gustarán esas modalidades.

     Las pelotas de medio bote  se controlan mejor, se devuelven con facilidad.  Por mucho que se aguante el tanto, nadie falla. Así que hay que hacer algo más: jugar con el espacio y las distancias. Se trata de abrir huecos y rematar con precisión en ellos. Para ello se deben cumplir dos condiciones:

1. Que la pelota reúna las características adecuadas. 

             Primera: debe ser de medio bote, ni muy viva ni muy muerta. 
             Si es muy viva los espacios se reducen , se juega desde el  cuadro 5 ó 6 hacia atrás y ya no hay hueco (a no ser, repito, que un jugador sea muy muy hábil como para rematar adelante y a dos paredes con garantías). Las pelotas de medio bote crean mayores espacios para rematar, desde el cuadro 1 hasta el rebote y es relativamente fácil hacerlo. 
         
             Si la pelota bota tan poco que no se llega al rebote... se desaprovecha ese espacio de la cancha y mejor sería colocar allí unas macetas.

             Segunda: debe tener el peso adecuado, ni muy pesada ni muy ligera. 66gr es ideal.
            Si la pelota es muy pesada cuesta mucho controlarla, hay que concentrarse más en la fuerza. En particular, las pelotas blancas pesadas (70 gr. o más) salen tan lentas que se alcanzan fácil los remates, por lo que no resulta rentable arriesgar: partidos de 25 tantos se pueden alargar hasta 2 horas.
            Si la pelota es muy ligera (menos de 64 gramos) se dirige mal porque hace vuelos, zigzaguea en el aire.

             Tercera: debe agarrarse muy bien a la pared izquierda. Se crea así un gran espacio para rematar en el lado derecho de la cancha si se tira a "dos paredes". En particular, las pelotas blancas mencionadas no sirven porque patinan en la pared izquierda, reducen ese espacio.

2. Que los jugadores se propongan ese objetivo: abrir huecos y rematar.

    Naturalmente, pueden decidir libremente usar la otra táctica , la  de no fallar; en mi opinión se van a aburrir ellos y los espectadores. Se entiende que elijan esa táctica con bolas saltarinas o lentas, no se les presenta racionalmente otra opción.
    Pero con pelotas adecuadas, que cumplen las tres condiciones citadas, se les presenta la opción de preparar y apuntillar el tanto,  más divertida para ellos y más espectacular para el público.
Este juego dio renombre al frontón de López, en Pamplona. La generación que mejor lo aplicó jugaba allí en los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado: Graciano Iriarte, J.M.Robles, Juan Pablo Ollo, Vito Aldaz de la Quadra-Salcedo , Carmelo Andueza, Tomás Garcés ("Menoti"),  Carlos Paternáin,  Pello Armendáriz,,  José Javier García, el de Ibero, Míkel Echarri,  Lucas Artuch...



    De pie, empezando por la izquierda: Tomás Garcés "Menotti", el tercero; Robles, el quinto; Armendáriz, bajo el 5.
    Agachados: Graciano Iriarte, el primero, seguido de Sandúa, Míkel Echarri y Astráin (ex jugador de Osasuna)



Con estas premisas pueden hacerse algunas predicciones.

    Si vamos a ver un partido en frontón verde, en cuya pared izquierda generalmente deslizan las pelotas, con pelota blanca pesada y, por tanto, lenta, entonces podemos adivinar que va a durar mucho, que van a jugar a no fallar porque las jugadas de "dos paredes" no van a hacer daño (no abren ángulos), y tampoco las dejadas (se alcanzan fácil) , que nos vamos a aburrir. Se van a dar un palizón. Su atención se va a centrar más en la fuerza, en agarrar fuerte la pala y aplicar la fuerza de todo su cuerpo para mover el pelotón.
     Eso ocurrió cuando se organizó un partido en el frontón Labrit de Pamplona, como parte del Torneo San Fermín Chiquito: a pesar de intervenir cuatro grandes especialistas, el público, hastiado, acabó abucheando a los jugadores. No habría que culparles a ellos sino al material: entonces no existían pelotas adecuadas para hacer el juego de espacios en frontón verde; hoy, con las nuevas pelotas amarillas de estrella, veríamos otro partido.

    Si vamos a presenciar un partido en frontón blanco, con una pelota saltarina que bota en el cuadro 7 y llega al 11, entonces podemos vaticinar que los 4 jugadores se colocarán detrás del cuadro 6, que recogerán mucho el brazo para llevar la bola a buena, se agarrotarán, se defenderán de ella, no intentarán rematar porque errarán más que acertarán, apuntarán al centro del frontis, realmente no se va a hacer casi ningún tanto, se van a perder casi todos.

    En este blog apostamos  por la elección de un material que  favorezca el remate en los huecos: pelotas de 65-66 gramos y de medio bote.






Las pelotas de estrella han sido diseñadas para ser controlables
. Reúnen todas las características buscadas por los jugadores de paleta goma maciza: toque, peso (65-66gr.), medio bote y agarre.


    La  táctica de abrir huecos y rematar es la opción ofensiva, nos parece más divertida y gratificante para los jugadores, así como más vistosa para el público. Se hace un juego de estrategia y habilidad basado en dianas diversas.

   Hay jugadores que disfrutan defendiendo, esperando que el rematador finalmente falle; esa pelea también resulta atractiva.  Pero ¿qué ocurre si todos adoptan esta táctica? Defenderse de un defensor no divierte mucho y el público no ve una verdadera pelea.



Véase también la entrada: Descripción del juego





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